31 de enero de 2007

Limitaciones sociales

Él me habló de ella y salté de enlace en enlace hasta encontrarla. Ahora sí te comprendo, después de verla, oírla, imaginarla, leerla. Lástima que las convenciones sociales, las barreras de nuestras circunstancias, el prejuicio de nuestros gustos y el secreto de nuestros pensamientos formen una barrera de miedos y excusas que no nos permitan utilizar todos nuestros sentidos.

Ya dije en otro post que intento ir por la vida con todos los sentidos alerta, abiertos. No es raro la vez que me cruzo con alguien que me llama la atención por algo y automáticamente intento captar a qué huele. Algunas veces me sucede al revés, huelo algo delicioso y busco el origen con mi mirada. A pesar de ser algo de lo que disfruto, siempre es una experiencia incompleta, como un orgasmo-bebé, está bien pero quieres más.

Supongo que si intentara darle un lametón en el hombro a alguien me llevaría, como mínimo, una torta. ¿Por qué no puedo acercarme a ti para saber como huele tu pelo y tengo que disimular para hacerlo? ¿Qué tiene de malo que toque tu mano, tu brazo o tu cuello para sentir la suavidad que prometes? ¿Crees que te quiero follar? Pues claro que quiero hacerlo, hedonista es mi apellido, pero no voy a hacerlo si tú no quieres. Solo deseo tener una “imagen” más completa de ti. No conformarme con oír tu voz, o verte ahí tan distante, ni siquiera que me llegue tu olor es suficiente.

Y ahora él me dice que está enamorado de ella. Y ella eres tú. Y tú no me dejas conocerte pero lo que sé de ti es bastante para comprenderle.

Hace poco se le dio cierta repercusión mediática al movimiento de “regalar abrazos”. ¿Y si pongo en marcha el de “regalar besos”? Mejor aun: Regalo experiencias sensoriales completas, ¿quieres una?

30 de enero de 2007

Diario Imaginario: Compulsión servicial

No se que pasa que últimamente me paso la vida en los servicios. Follando. Es conocer a una chica y nos entra tal urgencia sexual que el lugar más "discreto" y próximo es un puto servicio.

La verdad es que un servicio limpio es una bendición que hay que agradecer a la señora (hay un 95% de probabilidad de que haya sido una señora) de la limpieza y a los usuarios que hacen que se mantenga limpio. Y tenemos la otra cara de la moneda, la que te obliga a elegir si remojar tus pantalones en orina o intentar no recibir un pellizco escrotal con la cremallera (una de las ventajas de los pantalones con botones en lugar de cremallera es que el peligro de pellizcos escrotales es cercano a cero).

La verdad es que follar en un servicio es divertido (si ya damos por buena la condición de cierta limpieza). Por un lado está eso de ser un sitio diferente a la cama, la posibilidad de nuevas posturas. Por otro lado, hay un morbo añadido cuanto más público es el sitio (aunque esto suele ser inversamente proporcional a su limpieza). Por último, está la diversión de que uno de los dos no está en el servicio adecuado (a menos que sea una pareja homo), por lo que merece la pena ver las caras de los usuarios "normales" cuando se encuentran a alguien no esperado saliendo del w.c. Haciendo un poco de fusión de estas posibilidades, no quiero dejar de hablar de los servicios para minúsvalidos, que pierden encanto al estar, no siempre, en un cubículo separado, pero que ganan puntos con las barras de ayuda que aportan nuevos elementos que dan soporte a más posturas.

Y todo este rollo es porque hace 3 días escasos volví a follar en un servicio, con el valor añadido de ser la primera vez que lo he hecho con dos chicas. Si es que cuando uno es servicial...

26 de enero de 2007

Odio / Hate

Imagen propiedad de Peter Bagge y sus editores, si se ponen muy pesados, les pido permiso por escrito o la quito...
A lo mejor asocias el título de este post con un interesante comic de Peter Bagge que tiene este mismo nombre (en España lo publica Ediciones La Cópula Cúpula y es fácil de encontrar en los kioskos sin tener que pasar el disgusto de ir a una tienda especializada de comics; eso sí, el número que está ahora mismo en la calle es el 14 y puede ser que te pierdes un poco en la historia general).

Pero no, se trata de la nueva sección que le había prometido a Esther y la hago realidad a través de este post. La forma de añadir tu odio favorito del momento es en forma de comentario a este post. Para que sea más dinámico y no se pierda en el día a día, crearé un nuevo recuadro en la barra de la derecha para que leas los últimos odios añadidos y puedas dejar el tuyo.

Vamos, ¿a qué esperas? Todos odiamos algo o a alguien, no te hagas el santurrón.

Odio que no me dejen comentarios...

25 de enero de 2007

El sexo ha muerto, ¡viva el sexo!

Es la hora. Ha llegado el momento. El pasado solo existirá en ti porque ya no hay más futuro para mí. Todo ha conducido a este momento, como una conjura divina o una suma de casualidades. Y a pesar de todo, te deseo, más que el primer día que te vi, cuando aun no me atrevía a tocarte, ni siquiera a hablarte.

Tu voz es un murmullo que me aísla del resto del mundo, que me llama junto a ti, suave, cadencioso, bello, íntimo. Tampoco puedo olvidar cuando te enfadas, casi ruges, con una fuerza destructiva que nadie habría adivinado nunca contemplando tu plácida belleza. ¿Qué embrujo obraste en mí para desear estar siempre junto a ti?

Los dos desnudos, acariciándonos, sintiendo el calor del sol, ¿te acuerdas? Sentirte en mis dedos, en toda mi piel, es un placer; aspirar tu aroma es emborracharse sin beber nada.

Cuando llego a ti, te encuentro tumbada, desnuda, ofrecida, esperándome. Sé que has estado con otros, pero no te aman como yo, no saben descubrir y disfrutar de tus secretos. Siempre me reservas lo mejor de ti y por eso te amo. Noto tu calor, tu textura de seda. Mis dedos recorren tus curvas, trazan dibujos imaginarios. A medida que bajo más, siento tu humedad, regalo salado que deseo. Bajo hasta sumergirme en tu interior y vuelvo al vientre de mi madre, libre, amado, sin problemas, solamente existimos tú y yo. Me muevo rítmicamente, a veces rápido, otras muy lentamente. Me detengo, descanso sobre ti, continúo. Y no dejas de susurrar en mis oídos.

¿Qué más se puede pedir? Que no acabe nunca, que sigamos así siempre, hasta el final del tiempo. Pero mi tiempo se ha acabado, el sol se oculta y tengo que volver a mi mundo, a mis problemas, a mis manías, a escribir aquí cuanto amor siento por ti aunque tú no vas a acompañarme, pues te quedarás ahí, fría, esperando a los demás.

Hoy muero, pero tú sigues viviendo y seré parte de ti porque no seré nadie. Dame un último beso y recuérdame siempre, igual que yo te he llevado siempre en mi pensamiento, aunque estuvieras lejos. Quedan mis cenizas en mi amada playa para siempre, sintiendo el vaivén de las olas, el calor del sol y el olor del mar...

24 de enero de 2007

Diario Imaginario: Amores compulsivos

Lo vives y no te lo crees, así es que te lo cuento con la esperanza de que te diviertas aunque no te creas lo que narro.

Por esos milagros de la Internet, que por cotidianos no dejan de tener pinta de milagro, conozco a una chica (¿ya empezamos con la incredulidad?) y tras el intercambio de correspondencia electrónica de rigor, por fin nos ponemos de acuerdo para conocernos en el mundo real (?). No te la describo no sea que la conozcas y se compliquen las cosas. Basta saber, y ya verás que es un dato importante, que ella se definía como lesbiana.

Quedamos para cenar en un restaurante japonés (llámame hortera o sofisticado, pero el pescado crudo me pierde). Tras la cena, nos metemos en la zona gay de la ciudad por aquello de seguir siendo sofisticado o, a lo mejor, hortera. Concretamente, vamos a un bar de lesbianas donde puedo comprobar que era conocida.

Después de algunas copas y algo de charla, me dice que soy muy frío (¿te puedes creer?), lo que interpreto como una provocación y no entro al trapo, explicándole que no soy frío sino que me he hecho la firme promesa de no ser yo quien de el primer paso (¿cobardía o caballerosidad?).

Se lo piensa y me pone postura peliculera para beso (ya sabes, ojos entrecerrados, oferta de labios y acercamiento de cabeza). Y aquí si entré al trapo (y a la boca).

Ya que estamos en asuntos de besos y bocas, resulta que las manos se aburren y se unen a la guerra. Así es que hazte la foto mental: un tío (guapo e imponente como yo) en un bar de lesbianas morreándose y magreando a una tía (que parece que también tenía estatus de lesbiana).

En fin, tras esta escaramuza (el parte de guerra marcaba alrededor de las 2 de la mañana) la chica va a llamar por teléfono a casa para pedir prórroga (el eterno cuento de Cenicienta).

Terminamos nuestras copas y me lleva a un “bareto” (en la misma zona) con fama de ser punto de reunión de parejas swingers. Estaba casi vacío (solo estaban dos personas más que parecían no hacer pareja y ni recuerdo a que sexo pertenecían aunque creo recordar que eran hombres).

Lo mejor es la camarera (o camarero) que resulta que es travesti o transexual, vaya Vd. a saber. Una belga u holandesa grande, rubia con el pelo corto y tetuda, de unos cuarenta y algo de años.

Más copas, más charla, más besos, más sobe. En un momento dado, me dice que vayamos al baño. Cosa que hago aunque no tenías ganas de hacer pipí en ese momento.

Es cerrar la puerta y se convierte en un pulpo sexual: en un momento tenía el sujetador subido y las tetas (preciosas, por cierto) al aire; la falda arremangada y las bragas camino de sus tobillos; la cremallera de mi pantalón, violada y mi polla en una mano.

Y va y me dice la cosa más bonita y romántica que me han dicho nunca en toda mi vida: "¡Cómeme el coño!"

No me lo podía creer. Jamás ninguna mujer me ha dicho esto (salvo en mis fantasías). Normalmente siempre han usado algún eufemismo o una bonita elipsis que lo deja todo sobrentendido (por no hablar de los gestos o miradas).

Para no hacerlo muy largo, ya sabes que esta es una de mis debilidades y no tiene que volver a repetírmelo (lo mismo me hubiera corrido de la impresión de volver a oírlo).

Y allí que me pongo a la tarea requerida con toda la ilusión y el cariño del mundo (tengo que aprovechar para enviar agradecimientos a la persona que limpia y mantiene los servicios en cuestión; estaban impecables). En este momento tocaría una bonita descripción sobre su coño, pero me ahorraré los detalles y solo diré que era un coño precioso (algo peludo para mi gusto, pero eso es algo fácil de arreglar) en perfecta armonía con las tetas de la dueña. En resumen, un conjunto de concurso, si es que hay concursos de esto, quién sabe.

Por no romper el ritmo de la acción, resulta que sentimos unos golpes en la puerta y una voz con acento europeo nos conmina a no seguir con la acción, lo que podríamos traducir por "nos cortó el rollo". Nos arreglamos las prendas sociales y salimos con cara de buenas personas. Nos cae un pequeño sermón sobre el uso y abuso de los servicios de tan respetable sitio; sin olvidar que un rey como yo debería llevar a una princesa como ella a un castillo de cinco estrellas (le iba a responder que nada me gustaría más, pero que en pocos minutos mi princesa se iba a convertir en calabaza, pero esa noche no estaba yo bravo y tampoco entré al trapo).

Terminamos nuestra copa y nos vamos, no sin antes conseguir que la pobre mujer (o lo que sea) se sienta un poco mal por la escenita que nos había montado. Como el hechizo estaba a punto de cumplir, trasladé a Cenicienta a su residencia y nos despedimos con esa sensación de que la noche podía haber dado más juego pero que la vida es así de cabrona.

Y mi historia termina con un romántico final (como se merece esta historia): Regresé a casa para pasar la noche en soledad con un agradable olor en mi corazón, el olor de su coño en el dedo corazón de mi mano derecha.

--- o O o ---

Este relato lo escribí en octubre de 2001 (una odisea del espacio... adecuado). El título alternativo que barajé era "Su olor en mi corazón". Espero que haya sido de su agrado (para quien no lo conociera ya, claro).

23 de enero de 2007

Gang bang

En primer lugar, pedir disculpas al contubernio (en el sentido original de la palabra) de lectores que aparecen por aquí con cierta frecuencia por el asunto del voto para el concurso de 20 minutos. Como decía Nancy, solo pueden votar los que tengan un blog inscrito (supongo que para evitar votos "arreglados") por lo que al final se convierte en un concurso endogámico que no admite votos "externos". Gracias por vuestra intención en cualquier caso.

Por lo pronto, el principal objetivo al apuntarme al concurso se ha cumplido: hay varias lectoras nuevas (bueno, y algún lector más, aunque no fuera el objetivo original) que espero se queden por aquí y hagan muchos comentarios.

Mirando el desfile de banderitas (ya ven que de nuevo estoy contando gente) que pasan por aquí (y aplicando el criterio de la "duda metódica") me ha sorprendido un lugar de España con un nombre tan pintoresco como Caserío Derramador que Google se ha encargado de situármelo en el mapa para paliar mi incultura manifiesta. No me negarán que el nombre da mucho juego. Si el visitante que pasó por este blog lo vuelve a hacer, por favor, le agradecería que me comunicara el gentilicio del lugar. Está en Elche y la entrada que más ha llamado mi atención es esta.

Por último, comunicaros que voy a abrir una sección nueva a petición de una apreciada lectora pero que necesita de vuestra participación directa. Sigan leyendo este blog.

18 de enero de 2007

Diario Imaginario: Sexo con seso

Esto de tener una vida sexual tan plena, completa, satisfactoria y rica, donde no falta el día que pueda (deba) follar es increible. Diciendo frases tópicas, podría decir que casi puedo pensar como una mujer, sin la tiranía impuesta por los cuerpos cavernosos.

Desde esta lúcida visión puedo darme cuenta que la felicidad total existe, pero solo a ratos. Si la vida no es como una montaña rusa con subidas y bajadas es un aburrimiento. El mundo perfecto es un asco aunque a la mayoría nos gustaría que existiera.

Me levanto por la mañana, luchando con el frío y el sueño, para sentirme un poco miserable. Así estoy seguro que cuando me de el sol a las doce en ese rinconcito donde no sople el aire me sentiré feliz, contento, disfrutando del placer de sentir mi sangre corriendo. Y si el día es gris, plomizo o lluvioso, me trae el recuerdo de otros días como este, cuando he disfrutado del paseo bajo la lluvia, empalmpándome, calado de agua, con los zapatos inundados, con la promesa de un baño o ducha en agua caliente, ropa seca o, mejor, desnudo en un ambiente cálido. No me gustan los paraguas, es algo que funciona a medias, te cubre la cabeza y los hombros y poco más. De cintura para abajo acabas mojado. Tampoco me agrada encogerme, como intentando esquivar las gotas de lluvia, al contrario, me alzo, las desafío, aquí estoy, venid a mí, seamos uno.

Mucha gente piensa que soy un loco o un gilipollas (incluso ambas cosas) porque voy con manga corta en invierno. La temperatura media va entre los 5 y los 15 grados durante el invierno en la zona donde vivo ahora mismo. Hasta 10 grados, no tengo ningún problema. Menos si me dan ganas de abrigarme algo, pero también depende de si me da el sol o está nublado. En cualquier caso, lo hago porque disfruto de la sensación de frío.

Adoro recibir estímulos por todos mis sentidos hasta el umbral de dolor (sin traspasarlo en la mayoría de casos, no soy tan masoquista aun).

Me gusta estar vivo aunque duela a ratos.

12 de enero de 2007

Nuevo canon de belleza

A lo largo de la historia han existido diferentes cánones de belleza surgidos a partir del conjunto de circunstancias sociales y evolución del gusto de los seres humanos.

Estoy de acuerdo con el refrán tipo "sobre gustos no hay nada escrito", pero permítanme incurrir en la falacia genérica para hacerles partícipes de otra de mis teorías locas.

Como decía, esa evolución del canon de belleza siempre ha sido reflejada por los artistas del momento, pero esto ha cambiado radicalmente a partir de la globalización y el acceso fácil al cine, la televisión o los medios impresos.

Tras una intensa reflexión durante este fin de año y basándome en una extensa documentación (mas de 10.000 imágenes analizadas durante el pasado año, tanto estáticas como dinámicas, incluyendo vídeos), puedo afirmar que el canon de belleza actual viene impuesto por los medios audiovisuales (en lugar de ser un reflejo de la sociedad) y estamos ansiosos por abrazarlo. El arquetipo consta de estas características:

  1. Persona de sexo femenino.
  2. 20 años de edad.
  3. Caucásica, frecuentemente con rasgos exóticos.
  4. Altura variable e imposible de calcular al no disponer de referencias de medida, sospecho que entre el 1,60 y 1,80 m. (en la mayoría de casos, realzados por tacones de entre 10 y 15 cm.)
  5. Cabello rubio (H2O2), completamente o por mechas, melena lacia.
  6. Maquillaje con labios rosados, brillantes, y sombra de ojos entre azul y violeta; pestañas con rimel o postizas.
  7. Tetas grandes, si por constitución no es posible, operadas.
  8. Vello púbico depilado (gracias, PSEUDÓNIMUX, se me había pasado esta).
  9. Poca ropa.
Lo han adivinado, tras ver miles de videos y fotos en PornoTube, la conclusión es clara: las mujeres cada vez se parecen más a una actriz porno, pues es lo que les demandan sus parejas.

Ellos también sienten la misma presión, pues cada vez hay más mujeres que ven porno, lo malo es que mientras que las mujeres exhiben su cuerpo al completo, en el caso de los hombres el plano suele estar reducido a la parte en contacto con la actriz (a menos que hablemos de cine gay). Resultado: las mujeres quieren abdominales y una polla grande y bonita, pues es lo que más se ve a lo largo de toda la película. Además del efecto rebote sobre nosotros, los consumidores habituales de porno, que creemos que eso es lo que quieren las mujeres.

Y no me digan que no es así, que cada caso es un mundo. Solo se trata de una generalización. Si estas no existieran, sería muy difícil hablar sin tener que enumerar todos los casos concretos. Para el próximo artículo de teorías tontas: el secreto de la polla de los negros...

Dedicado a es@s lector@s que llegan buscando lo que no encuentran. En un click lo conseguirás.

11 de enero de 2007

Diario Imaginario: Un cuello japonés

Siempre me ha llamado la atención Japón por todo en general y nada en particular. El caso es que ahí estaba yo, como un pasmarote, en la entrada del FH del centro comercial R y nada, ni puto caso me hacían para asignarme una mesa.

Por fin viene una camarera, que se da cuenta que estoy a punto de irme, y me conduce al sitio que han escogido para mi, siempre que yo esté de acuerdo, claro.

Es una chica que estoy seguro no cuadra en el ideal de belleza de muchas personas, pero a mi me gustaba. Miro el cartel identificativo con su nombre mientras prepara mi mesa. Se llama A, ¡qué suerte! La mayoría de chicas con las que he tenido algún tipo de relación tienen un nombre que comienza por A.

Lleva un corte de pelo a mitad de camino entre moderno-sofisticado y recién salido de una okupación. Un piercing en una ceja, la otra ceja afeitada/depilada con cortes verticales. Delgada, un metro sesenta, pocas tetas y una cara un poco de chico (es cierto, este tipo de chica es mi debilidad). Seguro que más de uno pensará que es lesbiana. Yo lo he pensado, pero eso es algo que me da igual, fuera del morbo que nos produce a los tíos ver/imaginar a dos tías enrolladas.

A medida que da viajes por el restaurante haciendo su trabajo me voy fijando en más detalles. ¡Vaya! ¡Tiene un tatuaje en el cuello, en un lateral! (déjenme ser pedante e indicarles que estaba a lo largo de la carótida).

Son dos “letras” japonesas. Las reconozco como katakana aunque mis miniestudios no dan para saber cuales son. De repente, se me ilumina la bombilla. Es su nombre, el que yo había leído antes en su chapa, pero en japonés fonético-silábico.

Me sonrío para mi mismo. Ya tengo la excusa perfecta: “Perdona que te moleste, A, ese tatuaje que llevas en el cuello es tu nombre en katakana, ¿verdad?”.

“Sí, ¿cómo lo sabes? ¿Hablas japonés?”. Iba a contestar con un hai pero hubiera sido ridículo. Le cuento lo mucho que me gusta Japón y lo japonés. Su jefe la está mirando mal por perder tiempo con un cliente, así es que me decido y me lanzo: “Oye, ¿a qué hora terminas de trabajar? Me gustaría quedar para hablar contigo y conocerte más. La verdad es que me resultas muy atractiva”.

Estaba claro que la respuesta no podía ser otra…

9 de enero de 2007

Proselitismo

Ya se puso en marcha el concurso. Como diría con latinajos la gente que se las quiere dar de culta: la suerte está echada (ojalá que no sea excesivamente perezosa y no quede último en todo).

Desde el día 8 de enero hasta el 4 de abril es posible votar esta web en el concurso del diario 20 minutos. Es fácil, hacen click en el dibujito que he puesto a la izquierda de la página, bajo "Mis favoritos", y serán transportados al sitio adecuado. La parte mala es que me parece que solicita registro para evitar minimizar fraudes en los votos. Si, a pesar de todo, son tan buenas personas como adivino y hacen todo lo necesario para que no quede sin, al menos, un voto, solo me queda pedirles que lo hagan siempre que se acuerden, pues creo que se puede repetir voto (uno por día).

Venga, vamos, solo me queda ponerme de rodillas ante ustedes, con un brillo travieso en los ojos, relamiendo mis labios; ya puedo oir los botones, observar como baja poco a poco, excitado ante la sorpresa que me aguarda... no se demoren más, bajen su ratón hacia la izquierda y hagan click para votarme, carajo...

3 de enero de 2007

Kamasutra

Este libro pertenece al club de los más famosos y nunca leídos en detalle y hasta el final. Casi todo el mundo lo conoce y sabe de qué va, pero muy pocas personas lo ha tomado en sus manos y leído de cabo a rabo. Debe ser por esa doble moral que nos atenaza.

Y todo esto para contarles lo obvio: año nuevo, diseño nuevo, nuevas posturas para seguir chupando pollas para acceder a lo que nos hacen creer que necesitamos.

He eliminado el contador porque me dio la alegría de las 10.000 visitas (gracias a mis fieles lectores que han visitado esta página mil veces) pero me azotaba con publicidad que nada tenía que ver conmigo. Ahora mismo navego a oscuras, sin saber cuantos pasan por aquí, de dónde vienen o qué buscaban, mientras decido que método utilizar para alimentar mi vanidad gracias a otros. La caridad de sus comentarios es el único fuego que entibia estas frías noches de invierno.

Para colmo, Blogger amenaza con cambiar de versión, por lo que sospecho que todas estas mejoras estéticas serán trabajo perdido. Espero que ustedes disfruten de lo efímero al igual que yo lo intento con cada segundo de mi vida.

En otro orden de cosas, les anuncio que me he apuntado al concurso de blogs que auspicia el diario 20 minutos por segundo año, así es que pueden esperer un poco de proselitismo. No creo que gane, pero bueno, igual consigo una nueva lectora...