La verdad es que me siento un poco encadenado. Toda mi vida he tenido la mala costumbre de intentar complacer a todo el mundo, quedar bien siempre, molestar lo menos posible, no destacar. Os remito a los primeros posts de este blog y a cierta gana de montar guerra, de luchar contra lo establecido, pero me siento cansado, como el que se ahoga luego de luchar horas contra el mar cuando ya llegaba a la playa. Supongo que la edad, el tiempo vivido, las experiencias van limando poco a poco el ardor juvenil y las ganas de batalla.
Miro mis manos y me parecen las mismas de siempre, las que me han acompañado toda la vida y me han proporcionado tantas satisfacciones. Pero las miro bien y no son las mismas de siempre, son más viejas, un poco más arrugadas; ya no cicatrizan como antaño, una raspadura, una heridita de nada tarda más de una semana en desaparecer. Y guardan señales de una vida, en cada arruga, en cada marca mal cicatrizada.
¿Cual es mi sueño? O sueños, todos tenemos varios, pero algunos tienen más peso que otros. La verdad es que la mayoría nos marcamos metas materiales: una casa, un coche, un viaje, ... nos parece que una vida mejor se compone de eso y nos olvidamos de la fábula de la camisa del hombre feliz. Admiro a quien tiene el coraje de luchar por sus sueños pero si no es a costa de pisotear al prójimo para conseguirlo, a quien deja todo para cambiar.
De verdad que yo quiero hacerlo pero ¿y mis responsabilidades? No quiero hacer daño a nadie, pero me mueva en la dirección que lo haga, alguien grita ¡ay! ¿Será que no tendré que hacer caso a nadie? ¿Ser egoista y preocuparme solo de mi? Tampoco me parece que sea lo correcto.
¡Qué dificil es todo! A veces me embarga cierto pesimismo existencial, pero al final puede mi lado positivo y sigo adelante, con todos mis sentidos abiertos aunque me duela la vida. Amo vivir, aunque esta no sea mi vida soñada, aunque sea un cobarde que se esconde en la autocomplacencia, aunque mi próximo objetivo sea un viaje, aunque uno de mis sueños sea ver los cerezos en flor en Japón (cuando realmente me gustaría intentar vivir y trabajar allí).
Es más fácil agachar la cabeza y seguir comiendo polla, a la espera de que me toque mucho dinero en un juego de azar y me la coman a mi. Mientras, disfrutaré lo que pueda de mi vida actual.
Dedicado a OSKAR. Que te vaya muy bien en tu nueva vida.