1 de septiembre de 2005

Eyaculación precoz

Desde luego, es increible lo bien que nos interrelacionamos los bloggeros y la retroalimentación que tenemos(eufemismo para decir que nos robamos las ideas unos a otros).

Como fan número uno del Sr. Salme, no puedo por menos recomendarles leer este pequeño botón de la gracia, estilo y saber hacer de este prodigio sin descubrir para el gran público.

Ampliando sus observaciones y dando alas a mi natural tendencia a la investigación (porque uno sigue siendo curioso a pesar de la edad), me gustaría enunciar una nueva tesis sobre los bolígrafos, plumas, lápices y demás adminículos (toda la vida convencido que se decía "admináculos") de escribanos manuales (¿les mencioné mi tendencia barroca-gongorista al escribir?)

Adminículos


Creo firmemente que estos artículos tienen una propiedad que provocan en los seres humanos un irrefrenable deseo de poseerlos, de estar con ellos, de utilizarlos.

Reflexionen durante un minuto (adapten el tiempo a sus capacidades mentales) si han visto alguna vez una pluma, un lápiz o un bolígrafo tirado por ahí, abandonado a su suerte, sin un techo que lo cobije. No pueden, ¿verdad? Como mucho, algún lápiz o boli barato tirado en la calle, pero hace tanto tiempo de eso que ni podrían ubicar donde fue ni cuando ocurrió.

Hasta cuando dejan de funcionar, tendemos a dejarlos con nosotros. La única manera que tenemos de deshacernos de ellos es cuando se rompen de manera que lo ponen todo perdido de tinta.

Para colmo, piensen la cantidad de veces que escribimos algo con un boli o lápiz prestado y el número de estas en las que dicho artículo acaba en nuestro bolsillo, mesa o lapicero, como si tuvieran imán o pegamento.

A partir de estas reflexiones podemos imaginar que estos objetos disponen de alguna cualidad que nos subyuga de forma subliminal.

Si atendemos a Freud y su "traumática" caterva, la explicación podría ser que la forma fálica de estos instrumentos de escritura nos proporcionan un sentimiento de propiedad y familiaridad en hombres y de sustitución en mujeres.

Un naturalista, pongamos Lamarq por no citar siempre al mismo, diría que la adaptación de los lápices se ha ido perfeccionando y se transmite de generación en generación hasta conseguir las cualidades necesarias que los convierten en irresistibles.

Tal vez Rutherford nos sugiera que la disposición atómica presenta enlaces libres que estan deseando ser completados con macromoléculas basadas en carbono.

Seguro que la Dra. Winnifred B. Cutler de Philadelphia nos descubrirá la cantidad de feromonas que desprende cualquiera de estos objetos.

En fin, demasiado semen para una eyaculación tan precoz... y eso que es la segunda paja del día.

5 comentarios:

estrusa dijo...

yo apuesto por los de las feromonas, no resisto el olor a lápiz nuevo

Señor Salme dijo...

Evidentemente, lo de 'prodigio sin descubrir' me dejará con la sonrisa tonta para el resto del día.

Anónimo dijo...

No sé como se lo montan pero en mi curro el jefe trajo unos 40 bolis y ahora deben quedar como 5, y eso que me preocupo que no se los lleven, que si los piden prestados los devuelvan, pero no, van desapareciendo, hasta que no quede ninguno, ¿donde están? a saber. Debe ser por lo que dices, que tienen iman o atraen no se sabe porqué a poseerlos como si fueran tesoros. Está interesante que comentes esto, aunque parezca una tontería, tiene su razón. Una curiosidad... ¿como se te ocurren estas cosas??? ¿que te hace tener estas ideas???

qïp dijo...

Reina Esclaramunda (no me lo tome a mal, que es cariñoso):

Esto que expongo es una verdad universal, aunque la razón última está aún por descubrir. Estoy por pedir unos fondos de investigación para resolver este problema crucial que tiraniza a la humanidad.

¿Qué cómo se me ocurren estas cosas? Debe ser que tengo un rico mundo interior (otros te dirán que parezco medio autista).

Anónimo dijo...

Jajajaja, Reina Esclaramunda es una calle de Palma de Mallorca :P tranqui, no me lo tomo a mal qïp (ahora lo escribo bien, para que veas). Una curiosidad, ¿como se pronuncia???